Cuba 1800-1878. Guerra de los 10 años. El asunto del vapor "Virginius".

Abstract

Se contempla el problema del desarrollo de la esclavitud y los distintos convenios con el Reino Unido, para la supresión de la trata. La rica burguesía productora criolla fue perdiendo su influencia en favor de la nueva sociedad de comerciantes procedente de España y por ello se sumó a lo largo del siglo XIX, a las diferentes posiciones políticas que fueron apareciendo: anexionista, reformista e independentista, unas veces buscando el apoyo futuro de sus intereses, otras sumándose a las creadas por la clase alta y media criolla, con el apoyo de las logias masónicas y otras por la suma de las dos con los intereses de Norteamérica. Se logró que se otorgasen facultades omnímodas a los Capitanes Generales, quedando estos investidos con las facultades de gobernador de plaza sitiada, y autorizado para suspender la ejecución de las órdenes superiores que considerase inoportunas. Aunque esta disposición era de carácter provisional no fue derogada hasta 15-X-1873, casi 50 años después. En la Península, tres días antes, del inicio de la insurgencia cubana el 8-X-1868 el general Prim, masón, entraba victorioso en Madrid quedando con ello consolidada la re¬volución de 1868, monárquica, y que dio paso al Sexenio democrático. Se construyeron las trochas de Júcaro a Morón y la de Bajá durante la guerra, que estuvo al mando, sucesivamente, de cinco capitanes generales. Se describe la búsqueda de un rey y la abdicación del rey elegido, Amadeo de Saboya, católico y masón, y la proclamación de la I República el 11-II-1873. El 31-XII-1874 se recibe la noticia de que el ejército del Norte se había pronunciado por D. Alfonso XII. En 1876 se encarga la elaboración de una nueva Constitución a una comisión presidida por Manuel Alonso Martínez. Los insurrectos aceptaron una rendición negociada que se formalizó en febrero de 1878 en la paz de El Zanjón. Se describe exhaustivamente el incidente del “Virginius”. Se formaron dos consejos de Guerra verbales para los apresados, uno por el Ejército y otro por parte de la Armada. Se acompaña la transcripción íntegra del Consejo Verbal de la Armada. Los fallos sumaron la sentencia a muerte de 56 individuos. Se describe el incidente del buque británico Niobe. Se analizan las comunicaciones entre el Comandante del Niobe y el Brigadier Juan N. Burriel, Comandante General de Santiago de Cuba. l Secretario de Estado de Estados Unidos Fish, presiona sobre España a través de su ministro el general Sickles, partidario asimismo de usar el incidente para declarar la guerra. El ministro inglés en Madrid, influye sobre Castelar, Presidente del Poder Ejecutivo de la I República, sobre el que posee una alta influencia, aconsejándole acepte el acuerdo con los norteamericanos. Ante la urgencia debida a las presiones norteamericanas, Castelar decide llevar el directamente las conversaciones con Fish, saltándose al Ministro de Estado Español, al ministro Sickles y a las autoridades en Cuba, lo que da lugar a la firma de un convenio, en el que se fija una indemnización a los familiares de los fusilados, se devuelve el vapor “Virginius” y se promete investigar a los intervinientes en los fusilamientos en Cuba. Mientras ocurren estos hechos de presión sobre España, se demuestra que el buque no tenía derecho a llevar la bandera americana, que el buque pertenecía a los insurgentes cubanos, y que por lo tanto le correspondía definirlo de acuerdo con las leyes vigentes como “pirata” y juzgar a su tripulación en un consejo de Guerra, como se había hecho. Esa postura se ve apoyada por la declaración del Fiscal General norteamericano. El ministro de Estados Unidos Sickles renuncia y abandona España. El “Virginius” se entrega a la Armada americana y es hundido durante el viaje de vuelta en los cayos de Florida. En este capítulo, se expone toda la documentación oficial de Norteamérica, Gran Bretaña y España sobre el tema, analizando las posiciones políticas y de la prensa en aquellos momentos.