La psicoterapia centrada en el cliente de Carl Rogers como modelo de orientación educativa: paralelismos con el pensamiento gnóstico

Abstract

Carl Rogers es uno de los psicólogos más influyentes de los últimos tiempos. Desde mediados del siglo XX hasta el momento actual, prácticamente no ha sido cuestionado seriamente su modelo de relación de ayuda interpretado desde las exigencias de la orientación educativa. Su forma de entender lo que en el mundo anglosajón se conoce como helping relationship, es el paradigma dominante, sin lugar a dudas, en este campo. Ha sido uno de los psicólogos más laureados en el campo humanista, si bien, su obra tampoco ha estado exenta de críticas. La falta de rigor científico y su inclinación hacia lo místico ¿en su última etapa sobre todo-, incluso su relación con el nacimiento oficial de la New Age, son algunos de los puntos que suelen ser criticados. Nuestro autor desarrolla su obra con una aparente independencia de lo que hasta el momento de su irrupción se había hecho en lo que a relación de ayuda se refiere. Nuevos conceptos, nuevas valoraciones, y una manera original de abordar la ayuda para el crecimiento humano. El presente estudio, sin embargo, se plantea un análisis en profundidad del pensamiento rogeriano desde la perspectiva señalada anteriormente, buscando un nuevo sentido. Para ello, se pretende un enjuiciamiento del mismo entresacando los paralelismos que tiene con el pensamiento gnóstico, nacido en la antigüedad; de tal forma que se pueda comprender mejor su significado más allá de una primera lectura, y sus verdaderos antecedentes. La gnosis de todos los tiempos es, por lo tanto, el `canon¿ sobre el que nos basamos en esta investigación para situar la forma de este autor de entender al hombre y la vida en general. Para ello se establecen y desarrollan las dos partes de lo que más adelante será una comparación: la psicoterapia centrada en el cliente por un lado, y el pensamiento gnóstico por otro. Auténtica matriz de teorías modernas ¿según muchos autores- como el psicoanálisis, el marxismo e incluso la masonería, la gnosis representa además la mejor manera de comprender el significado auténtico del pensamiento de Rogers. De esta forma, tras desarrollar y analizar cada uno de los dos elementos de la comparación, confrontamos los giros gnósticos que encontramos en la teoría y la praxis de nuestro autor, hallando un paralelismo más allá de toda duda, y una sorprendente coincidencia en la concepción antropológica y del crecimiento humano. Pero no puede concluirse sin más dicho parecido o analogía, sino que es necesaria una clarificación de la principal diferencia entre la gnosis antigua y la moderna. Evidentemente, Carl Rogers es un hombre de su época, con lo que es sumamente difícil caer en la cuenta de lo que planteamos en una lectura como las que habitualmente tienen lugar de su obra. Es necesario partir del hecho del inmanentismo radical de la psicoterapia centrada en el cliente, y conocer sus consecuencias. Después de ello, cobra un mayor sentido el paralelismo del que hablamos. Teniendo en cuenta estas ideas, el pensamiento rogeriano adopta una nueva luz, comprensible ahora desde la perspectiva de un tipo de pensamiento sumamente antiguo, denostado a lo largo de los siglos por la civilización cristiana, manteniéndose mucho tiempo como algo residual o marginal. Curiosamente, puede verse reflejado en los últimos años en la obra de un autor como Carl Rogers. La comparación metodológica de este trabajo trae consigo una serie de conclusiones. La principal de todas es que la psicoterapia centrada en el cliente de Carl Rogers es una auténtica gnosis, inmanentizada según los parámetros de la modernidad.